Por Ignacio Castro
¿Cuánto tiempo más se va a dejar de lado la salud mental de las personas que componen esta institución policial? Quien debe responsabilizarse de no haber escuchado, de no haber hecho o de dejar para después lo que era urgente? No es esto una falta de responsabilidad institucional? , son las preguntas que surgen de esta entrevista reveladora de Cabledigital a, Ana Rosales, quien por 17 años perteneció a Departamental Roca y actualmente esta retirada y ejerce como Abogada en Huinca Renancó.
No fue fácil para, Ana Rosales, dejar la Policía, actualmente la mujer oriunda de Villa Huidobro se encuentra radicada en Huinca y ella misma señala que hizo una especie de duelo cuando tomó la decisión de retirarse y que por momentgos aun piensa que pertenece a esa institución. Quizás, por eso ante el último caso de suicidio de una policía ocurrido días atrás, decidió no callar y expresar su punto de vista de acuerdo a la experiencia de 17 años en la Fuerza.
Ana ahora es abogada, con mucho esfuerzo pudo llegar al objetivo de recibirse y tiene su estudio junto con un colega sobre calle 25 de Mayo, donde actualmente ejerce “empecé a ver en muchos estados de mis contactos el lazo de luto, y entendí que volvió a pasar. Hoy observando la institución desde afuera, pero sintiendo la impotencia y el dolor como si aún estuviera inmersa en esa familia de azul, puedo opinar sin ser juzgada institucionalmente, puedo decir que creí erróneamente que algo cambiaria dentro de una de las instituciones más retrogradas que aún existen dentro de la sociedad. Que las muertes que aun lamentamos nos habían enseñado la lección, pero no”, comienza diciendo Ana, con voz firme porque asegura que llegó el momento de hablar.
Drama silencioso
Varias razones pueden estar detrás de este problema, incluyendo la falta de preparación psicológica, incidentes de violencia y abuso, o simplemente el agotamiento sumado a situaciones personales.
La mujer se refiere a los tres hechos trágicos que últimamente golpearon al personal compuesto de aproximadamente unos 150 efectivos en el ámbito departamental, “no es solamente números, estamos hablando de personas, esto una opinión personal sobre lo que vive día a día un efectivo policial, creo que el tema que no se habla de la salud mental del personal, de poder tener un apoyo un acompañamiento, una contención desde adentro de la institución para que estas situaciones trágicas no vuelvan a ocurrir”, remarca.
Ana dice que detrás del uniforme hay una persona, “ que siente, que sufre, que puede tener depresión o ansiedad, que puede sentir dolor y que se ve afectada por miles de cosas que se viven o por el stress diario del trabajo, por la presión de la sociedad, y eso a lo largo de los años desgasta no solamente física sino mentalmente al efectivo”, sostiene y señala que no se habla de salud mental porque es tabú, “es algo que no se puede hablar desde dentro de la instituciones, no solamente se tienen que hablar sino se deben hacer los exámenes y controles necesarios psicofísicos de los efectivos y no algo que se realice cuando se ingresa a la institución sino que debería realizarse a medida que van pasando los años para ver como el trabajo diario de un policía afecta de manera directa en la persona, en las emociones o en el estado mental. Yo creo que hay un desgaste”
Ana finalmente deja una reflexión donde sostiene pese a la gravedad de la situación esto puede ser revertido y que por eso decidió romper el silencio, “yo creo que esto debe cambiar y me resisto a creer que dentro de la institución policial no se puede hacer algo para modificar esto y si de adentro se resiste a cambiar tenemos que ver que se puede hacer desde afuera como sociedad, como seres humanos que somos. Porque todos tenemos un vecino policía, un conocido, o un familiar en la Fuerza, entonces nos involucra a todos”, remarca.
La perspectiva de los psicólogos
“Los pensamientos suicidas pueden ser el resultado de emociones que la persona no puede manejar cuando se enfrenta a una situación abrumadora en su vida”, explican los expertos sobre este tema.
Además, añadieron: “Si la persona siente que no hay esperanza, que su existencia, sus acciones o sus sentimientos no tienen sentido, puede pensar, erróneamente, que el suicidio es la única y mejor solución”.
“Es importante recordar que el suicidio es un problema complejo y multifacético que no puede atribuirse a una sola causa”, explicaron. Aunque cada individuo es único y las razones varían enormemente de una persona a otra, mencionan como principales causas las siguientes:
1. Salud mental: condiciones como la depresión, el trastorno bipolar o la esquizofrenia pueden incrementar el riesgo de suicidio. Estas condiciones pueden provocar sentimientos de desesperanza y desesperación.
2. Estrés y trauma: eventos como la pérdida de un ser querido, un divorcio o la pérdida de un trabajo, pueden llevar a algunas personas a considerar el suicidio.
3. Aislamiento social: la falta de apoyo y la soledad pueden incrementar la vulnerabilidad al suicidio. Las personas que se sienten desconectadas o aisladas pueden tener más probabilidades de considerar el suicidio.
4. Factores económicos: las dificultades financieras, como la pobreza o la inseguridad financiera, pueden incrementar el riesgo de suicidio.
5. Acceso a medios letales: el tener al alcance armas de fuego puede incrementar el riesgo de suicidio.