Las ONG Mamull Mapú y la Organización Civil Cañada Verde, dieron a conocer en las ultimas horas una nota que lleva el lema “El caldén no se toca” en relación a la tala de dos ejemplares de arboles nativos que fuera solicitada por el Aeroclub huinquense y avalada por el área de Bosques de la Secretaria de Ambiente de la Provincia, “…se plantea una seria contradicción con los principios de conservación y respeto hacia nuestro patrimonio natural”, señalaron en un pasaje de la misiva.
La nota textual:
“Mediante la presente, queremos expresar como seres integrantes de una comunidad local, regional una serie de hechos preocupantes para el sostenimiento de procesos dialógicos, éticos y legales. Ante una aprobación para la extracción de un ejemplar de caldén (Prosopis caldenia) y una tala (Celtis tala) en Huinca Renancó según se expresó y difundió en medios de comunicación de nuestra zona.
Esta aprobación, emitida por el Área de Bosques dependiente de la Secretaría de Ambiente de la Provincia de Córdoba, ha generado una inquietud significativa en nuestra comunidad y entre quienes valoramos y luchamos por la preservación de nuestro patrimonio ambiental.
La zona intervenida y la naturaleza involucrada asume un valor jurídicamente protegido por ser una reserva denominada Corredor Biogeográfico del Caldén (Decreto 891/2003), complementada por las últimas normativas ambientales que nuestra provincia de Córdoba adhirió (Acuerdo de Escazú, Ley Yolanda). Asimismo, esta porción territorial que viene coexistiendo entre nosotros asume un ecosistema único y de valor incalculable.
La tala de árboles nativos en este entorno, solicitada bajo el pretexto de “mejorar la seguridad de las distintas operaciones aeronáuticas” por parte del Aero Club, plantea una seria contradicción con los principios de conservación y respeto hacia nuestro patrimonio natural.
El hecho de querer exponer un remedio o equiparación con los ejemplares extraídos agudiza la falta de criterio institucional y científico porque ningún ejemplar de más de 100 años como lo constatan vecinos, productores y las mismas fotografías de su porte pueden ser reemplazadas por otros ejemplares. No hay reemplazo para un patrimonio integral único e irrepetible que acompañó social, productiva y equilibradamente a nuestras familias, ciudadanías y comunidad.
Exhortamos una respuesta que aplique Justicia concreta frente a la gravísima situación que no puede volver a repetirse porque justamente ya no quedan ejemplares de esta naturaleza biológica y cultural.
Las mismas autoridades que intervinieron en estos hechos deben ser citadas por la justicia, escuchando posturas que enriquezcan el futuro próximo y que alejen cualquier garantía de colapso. Somos esos árboles, si ellos no están no habrá razón de seguir este bello viaje por aire, tierra o agua llamado vida. “Permitir la situación sería equiparable a autorizar la caza de un yaguareté en medio de los Esteros del Iberá, contradiciendo por completo el propósito mismo de preservación y protección que se busca en un entorno natural tan preciado”, señalaron.