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MATTALDI: La Super Mamá que se sube a la moto para ir a alentar a sus hijos

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Por Ignacio Castro

En vísperas del día de la madre hay historias que llenan el alma de esperanza, sin dudas una de ellas es protagonizada por Rosalía que se desvive por ir a acompañar a sus tres hijos (dos varones y una nena) que juegan al futbol y al vóley. “Dicen que estoy loca por salir a la ruta en moto,. Pero es una linda locura”, cuenta a Cabledigital..


 

 Rosalia Romero es una conocida vecina de Mattaldi y tiene dos chicos varones (Ulises y William) que juegan en el Club local  y una nena en Voley (Leila), siempre los acompaña cuando practican estos deportes y lo más particular es cuando no hay lugar ella se pone el casco y sale en su moto hacia la localidad donde sus hijos vayan.

 Su hermana Natalia, quien es testigo directo de lo que hace Rosalia, consideró que esta historia debía ser contada y narra que esta mamá siempre los acompaña a sus hijos en la moto porque a veces no logra conseguir lugar para ir en auto con otros papás, así que calza casco la mochila y parte al lugar donde juegan sus hijos tanto Ulises como William ella viaja sola en su moto pero jamás los deja solos ya que los niños viajan con otros papás del club.

Natalia recuerda un episodio lo ocurrido el fin de semana pasado en el marco de unos de los partidos disputados por el Torneo Regional de fútbol, “lo más lindo que se vivió fue que en su segundo partido en la categoría  Sub 16, con 13 años, Willian metió un golazo y se lo dedicó a esa gran mamá”, relata orgullosa lo vivido, la imagen quedo captada en una foto tomada por la fotógrafa de Jovita, María Carreño, la imagen habla por sí sola y muestra un impulso casi innato reflejo de un amor puro.

 Cabe agregar que las distancias a recorrer en la moto muchas veces son de varios kilómetros que separan a las localidades del Departamento Roca, en ocasiones Rosalia debió realizar casi 100 km (ida y vuelta) y a veces más.

 Puntal se comunicó con la protagonista de esta historia quien accedió a contar su historia “es cada sábado ir al Club y primero ver con que papá viajan los chicos y si no tengo lugar ahí agarró la moto y salgo a destino, es persignarme y encomendarme a Dios que no me pase nada en la ruta porque lo que quiero es llegar y verlos jugar y estar hasta el último minuto de su juego, ver que ellos se vuelven y arrancar de vuelta la moto para volver a casa”, dice emocionada y agrega, “mi marido me apoya mucho porque él trabaja los sábados y se las arregla para cuidar a la nena que se queda y el resto de mi familia me dicen que estoy loca”, sonríe y añade, “pero bueno creo que es una locura divina acompañar a mis hijos en todo lo que ellos aman hacer, pero si literalmente me dicen que estoy un poco loca, por supuesto me dicen también que tenga mucho cuidado en la ruta”, señala.

 Para Rosalia ver a su hijo con los brazos abiertos venir corriendo adonde estaba ella a festejar el gol fue el mejor regalo, una imagen que siempre llevará atesorada.

 La historia de esta mamá no es desconocida para los demás vecinos del pueblo y su hermana reflexiona  “no todo es noticia en violencia a veces hemos visto que en las inferiores suelen pasar peleas e insultos, pero también hay cosas como estas que dan esperanza. Yo lloró con solo ver esa mamá siempre acompañándolos a los tres hijos por igual y la valentía de salir a la ruta en moto con el riesgo que eso lleva. No puedo creer que ese corazón sea tan grande”, dice con vos entrecortada.

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