María Antonia de Paz y Figueroa será canonizada el próximo año por el papa Francisco, luego de que este martes se aprobara un milagro atribuido a su intercesión.
La beata de los Ejercicios Espirituales se convertirá en santa con una ceremonia en la Plaza San Pedro, en Roma, luego de que este martes se aprobara un milagro atribuido a su intercesión, así lo informó el Vaticano en un comunicado.
“Durante la Audiencia concedida el martes por la tarde a su Eminencia Reverendísima el Cardenal Marcello Semeraro, Prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, el Sumo Pontífice autorizó al mismo Dicasterio a promulgar el Decreto relativo al milagro atribuido a la intercesión de la Beata María Antonia de San José (nacida Antonia de Paz y Figueroa), conocida como Mama Antula, Fundadora de la Casa de Ejercicios Espirituales de Buenos Aires; nacida en 1730 en Silipica, Santiago del Estero (Argentina) y fallecida el 7 de marzo de 1799 en Buenos Aires (Argentina)”, se informó en el comunicado.
Mama Antula había sido beatificada en 2016 en la provincia de Santiago del Estero luego de que el Papa autorizara la publicación de un milagro por la sanación de una religiosa de las Hijas del Divino Salvador, quien habría recuperado la salud en 1904 por intercesión de la fundadora y madre espiritual de esta congregación.
En ese momento se trató de una cura sin explicación médica a la hermana Rosa Vanina, una religiosa del instituto de las Hijas del Divino Salvador, y de acuerdo a la documentación que consta en la causa de canonización, fue una colecistitis aguda, con todos los síntomas del shock séptico, que en aquella época, sin antibióticos, era mortal, pero la hermana Rosa se recuperó rápidamente, en una prueba que según el Vaticano demostró ser un milagro.
Mama Antula es una virgen, laica consagrada, fundadora de la Casa de Ejercicios de Buenos Aires.
Tras la expulsión de los jesuitas del país, fue de ciudad en ciudad por las regiones pobres del nordeste argentino promoviendo ejercicios espirituales según el espíritu ignaciano, confiando únicamente en la Providencia.
En sólo ocho años, consiguió ofrecer los ejercicios espirituales a 70.000 personas.
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