Una ley sancionada en el actual período coronó el reconocimiento a este colectivo de trabajadores, pilar fundamental del sistema de salud. Fue en 2021, en medio de la pandemia que tuvo al sector en la primera línea de fuego, y en coincidencia con la vuelta de las sesiones presenciales a la Unicameral.
Entre las leyes aprobadas por la Legislatura de Córdoba en la presente gestión, bajo la conducción del vicegobernador Manuel Calvo, una de las que destacan por sus beneficios concretos para la comunidad y por dar solución a antiguas falencias es la que regula el ejercicio profesional de la enfermería en todo el territorio provincial.
Este reconocimiento, que coronó una lucha de años, se dio el 22 de septiembre de 2021, es decir durante la pandemia por coronavirus que tuvo a este sector de trabajadoras y trabajadores de la salud en la primera línea de contención, en muchos casos ofrendando sus propias vidas. De hecho, la sesión en que la ley quedó aprobada coincidió con la vuelta de las y los legisladores al recinto, después de meses de virtualidad.
La enfermería es una profesión que, de manera significativa, acompaña todo el recorrido vital de los seres humanos. Así como las enfermeras y enfermeros reciben a los recién nacidos en el parto, son también quienes suelen estar al lado de las personas durante la agonía, en la hora de la muerte. Semejante trascendencia justificaba por sí sola contar con una ley que otorgara derechos a estas y estos trabajadores, combatiendo también el ejercicio ilegal de la profesión.
La aprobación se dio de forma unánime y con la presencia, en el Palacio Legislativo, de integrantes del equipo de salud, que siguieron en vivo las instancias del debate desde el Auditorio de la Unicameral. De autoría original del legislador Diego Hak, la ley fue el corolario de un trabajo de larga data que convocó a asociaciones, instituciones afines y al Poder Legislativo en sucesivas reuniones de comisión, dando origen a una legislación que, a la vez que regula la disciplina, jerarquiza el desempeño de trabajadoras y trabajadores, al reconocer su profesionalización y autonomía en el ejercicio de la tarea.