Sucedió el miércoles a la tarde. Una mamá desesperada recurrió a sus vecinos por ayuda. Su hijo se ahogó con un caramelo.
Silvio tiene 44 años, y hace 21 que es enfermero en el Hospital de Justo Daract. Silvina tiene 43 y hace 20 que también es enfermera; ahora ella ejerce en el Hospital de La Ribera en Villa Mercedes. El destino o la suerte quiso que estuvieran el miércoles en su casa para poder asistir al pequeño de unos 2 o 3 años que se había ahogado con un caramelo.
“Todo fue muy rápido. Fueron 30 segundos en que no dudamos en actuar; para eso estamos preparados”, dijo Silvio al recordar el momento vivido junto a su esposa y contarlo para El Diario.
“Hemos visto accidentes en la calle y hemos ayudado, pero nunca nos pasó algo así en casa”, comentó y siguió contando. “Vi cruzar la calle a unas señoras por la ventana y me hacían señas, no entendía qué pasaba y salí para ver qué querían”.
“La mamá del nene solo me decía: ‘Ayudalo, le pasa algo al nene’. Lo agarré y lo empezamos a evaluar, y vimos que estaba totalmente desvanecido. En un momento da como un llanto, pero se cortó inmediatamente. Lo pusimos boca abajo para ver cómo reaccionaba y ahí la señora nos dice que estaba comiendo un caramelo”.
Al conocer esta información, los enfermeros no dudaron en aplicar la maniobra de Heimlich para que el pequeño pudiera expulsar el dulce. En el primer intento no lo lograron; por eso, Silvina le abrió la boca al nene e introdujo sus dedos mientras su esposo aplicaba de nuevo la maniobra. Con esto lograron destrabar el caramelo que fue expulsado, y el pequeño volvió a respirar con normalidad.
“Fueron segundos, pero pareció una eternidad, y terminó bien”, dijo.
El Diario intentó hablar con la mamá del nene, pero todavía se siente angustiada por lo que pasó. Sin embargo, por las redes sociales volvió a agradecer a sus vecinos por haber salvado a su hijo.
La República