Días atrás asistimos a uno de los incendios mas graves ocurridos desde la creación del Área Protegida del Corredor Biogeográfico del Caldén en el sur de Córdoba. Con centenarios Caldenes aun humeando al Oeste de la localidad Cabecera del Dpto. Roca, Villa Huidobro, se hace necesario plantear como se traduce este nuevo derrotero ambiental y si es factible un plan de remediación del área afectada.
Cuando hablamos de Caldén debemos aclarar que se trata de una especie endémica, es decir no existe en otra parte del mundo, se trata de un árbol comprendido en la parte más austral del ecosistema del espinal chaqueño, su presencia en esta zona no es casual, ya que el Caldén como otras especies de flora nativa que crecen debajo o a sus alrededores son fundamentales para una función natural: mantener un equilibrio en un suelo frágil y tendiente a la erosión existente desde el centro hacia el oeste del Dpto. Roca.
En los últimos 30 años producto del avance de la frontera de la agricultura intensiva los bosques de caldenes, en buen estado de conservación, han retrocedido notablemente en el sur de Córdoba, pese a que el Gobierno Provincial en el año 2003 creó por decreto, en ese entonces del Gobernador José de La Sota, un Área para protegerlos.
Tras los devastadores incendios ocurridos a fines de la semana pasada donde se vio afectada una zona de unas 1500 hectáreas (entre bosque, pastizales y rastrojos) el panorama resulta desolador, ¿Cuál es el verdadero impacto que esto tiene para los pobladores de la zona y es posible pensar en una remediación del monte quemado?
Rosana Risso, docente y Bióloga huinquense, autora de estudios sobre el Caldenal, señala que “los incendios naturales si bien se pueden producir son raros en sí mismo, siempre hay causas provocadas por el ser humano. Un incendio de la magnitud que se produjo en el Corredor Biogeográfico produce un impacto irreversible fundamentalmente porque afecta a la biodiversidad, pero también al ambiente en donde todas estas especies se desarrollan en la evolución y regulación de esos ecosistemas, recuperar esa biodiversidad podemos decir que es imposible”, advierte.
Risso además sostiene que “los planes de remediación que pueden ser un paliativo no implica ir a plantar arbolitos, sino que significan un estudio de impacto que provocó ese incendio con equipos que estudien en qué estado a aquedado y con presupuesto para hacerlo. Para remediar debe haber también una conciencia clara en la población sobre la importancia del lugar del hábitat, es este caso el caldenal que es una especie endémica en peligro. Por otro lado no es que falten leyes, el decreto de creación del Corredor Biogeográfico del caldén es sumamente claro, si bien hablamos de propiedad privada, el decreto señala que son espacios de interés publico, es un decreto donde se pueden tomar muchos elementos para la protección de este ecosistema único en el mundo”, explica.
Exigir políticas de restauración
La Ing. Natalia de Luca, Ingeniera forestal UNLP. Educadora y especialista en cultivo y reforestación con especies nativas del centro de Argentina , en declaraciones al medio Sala de Prensa Ambiental, sostiene que para un plan de remediación de áreas de bosques afectadas por los incendios primero, será necesario tomar conciencia que la cobertura ecosistémica sufre como nuestra piel después que se quema. “Se torna muy sensible, y si la manoseamos y pisoteamos, profundizamos la herida y le costará más cicatrizar “señala la profesional y agrega, “Principalmente, deberemos exigir políticas públicas de restauración de estos ambientes que cada año se degradan más, y saber que la reforestación es una herramienta de restauración ambiental, pero no la única”, Apunta.
Para la plantación de especies nativas en un área quemada De Luca sostiene que antes hay cuestiones que deben tenerse en cuenta “En primera instancia, el sitio afectado por el fuego debe cicatrizarse para que el árbol plantado pueda sobrevivir. Debemos proteger los renovales de nativas del ganado, usar los árboles quemados como perchas semilleras, evitar el sobrepisoteo humano, extraer las exóticas que siempre aprovechan la oportunidad posfuego para avanzar, luego que logremos todo esto, será exitosa una plantación de nativas en el área incendiada. Finalmente -lo que es muy importante- antes de plantar será necesario definir correctamente cuáles son las especies nativas pioneras del sitio a intervenir”, indica.
Ecosistemas, en pasado
Por su parte el Dr. Raúl Montenegro, Biólogo, Profesor Titular de la Universidad de Córdoba que preside la ONG Fundación para la Defensa del Ambiente (FUNAM) con status consultivo en la ONU, al hacer una reflexión sobre lo sucedido para Puntal se excusa de usar el tiempo pasado pero aclara que en términos de ecosistema es de alguna forma el pasado, señala que el Caldenal se ubica en una de los tres grandes ecosistemas que caracterizan a la provincia, el espinal que es una especie de Chaco empobrecido, “una de las unidades que integraban ese espinal era el ambiente del caldén, uno cuando habla del distrito del Caldén lo dice porque es una especie fácilmente identificable, pero está integrado por miles de especies, lo que debe quedar en claro que ese distrito del caldén se puede considerar una provincia biogeográfica prácticamente desaparecida en términos de superficie lo que queda son relictos, entonces cuando hay relictos cualquier destrucción de eso que es lo poco que queda es una perdida atroz, dramática, no solamente en términos del prosopis caldenia sino de todas las otras especies acompañantes. El caldén por su envergadura es un hábitat de una cantidad de otras especies, su importancia estructural como sostén de la biodiversidad de insectos, aves y pequeños reptiles”, ejemplifica.
“En Córdoba de las tres provincias biogeográficas que la caracterizaban, ambiente chaqueño, ambiente del espinal y ambiente de la estepa pampeana, por fuego y desmontes, solo sobreviven ambientes nativos remanentes, es como si prácticamente fueran ecosistemas territoriales desaparecidos”, asegura y con respecto a la factibilidad de remediación, sostiene, “el ambiente del caldenal con toda la biodiversidad remanente que es mucho más pequeña que la caracterizaba al ambiente hace 100 o 150 años, solo puede recuperarse en base a las especies que quedan, las especies pioneras reconquistan lo que ha sido destruido. Cada lugar de ese ambiente es exclusiva, porque en cada uno de esos lugares había elementos propios de ese lugar, aunque se tratara de un remanente de caldenal, no era lo mismo un caldenal del extremo norte que del extremo sur que prolongaba en la provincia de La Pampa”, expone.
Ignacio Castro