La situación del “empresario” Marcos Luis Scazzola, quien hace muchos años residió por algún tiempo en Huinca junto a su familia, quedó más comprometida al confirmarse su procesamiento como presunto jefe de una “cueva” financiera en Bell Ville, ciudad ubicada en el sudeste de Córdoba, que habría lavado millones de pesos ilícitos con la construcción de canchas de pádel y la compra de departamentos, vehículos y hasta jet skis bautizados con el nombre de su esposa: “Patri I” y “Patri II”, señaló esta mañana en un informe el Diario La Voz.
Una denuncia anónima a finales de 2019 puso un manto de sospecha sobre el accionar de Scazzola y su entorno. El “empresario” habría reconvertido el viejo estudio contable de su madre, en calle Pío Angulo 26 (Bell Ville), como un “estudio contable e impositivo” que, de manera suspicaz, carecía de cartelería visible.
El entonces fiscal José María Uriarte advirtió, a través de escuchas, que Scazzola habría encabezado diversas acciones relacionadas con declaraciones juradas, IVA y Ganancias aparentemente fraudulentas, vinculadas con el descuento de cheques, venta de IVA, compraventa de facturas apócrifas y dólares, y préstamos de dinero.
Luego de cuatro años de investigaciones, la nueva fiscal María Virginia Miguel Carmona imputó a Scazzola, a su esposa, a la secretaria de aquel y al presunto prestanombre. Ubicó a Scazzola en la cima de la supuesta asociación ilícita –integrada por Burki y Meringer– que habría operado en las sombras al menos entre 2019 y diciembre de 2023.
Scazzola habría liderado los negocios ilegales gracias a una amplia cartera de “clientes” con los que habría acordado el precio de la venta de dólares. También habría vendido cereal “en negro” (soja y maíz) y realizado maniobras de compraventa de facturas falsas, cambio de cheques y préstamos.
Las operaciones las habría dirigido desde el “estudio contable”/“cueva”/casa particular (a nombre del padre), con la estrecha colaboración de su secretaria “Sandrita”, a pesar de no contar con títulos habilitantes de contadores. Investigados en otra causa por presunta usurpación de título, en la actual habrían buscado que un contador les “prestara” la matrícula y su nombre para operar y evitar así una nueva pesquisa en su contra.
El “empresario” fue captado mientras aludía a operaciones con “millones de pesos”, cheques y dólares. “Pablo P. me tiene que dar $1 millón en cheques”, dijo en un llamado. “A los dólares los vendo lo que vale el blue y los vendo con cheque también. Recibo cheques corrientes o a una semana. Por lo general, me junto en la mutual Sudecor”.
Allí habría atesorado grandes volúmenes de dinero –entre ellos, dólares– en una caja de seguridad que habría abierto su esposa, Burki, en 2019, y a la que Scazzola tenía libre acceso. La mujer habría participado en la compraventa ilegal de moneda extrajera, que también guardaba en la casa.
Los investigadores hallaron que Burki tenía guardados documentos ejecutivos que respaldaban y garantizaban el cobro de los pagarés por miles de dólares prestados por su esposo.
La Voz