Un hombre de 79 años vivió horas de terror adentro de su vivienda cuando dos delincuentes encapuchados irrumpieron por una ventana. La víctima fue golpeada a trompadas y cachetadas. Además, lo encañonaron. Durante el asalto, la casa fue destruida por los ladrones. La familia reclama celeridad a la policía en la investigación.
Un médico jubilado que reside en Carpintería vivió las dos horas más violentas y lentas de su vida. Ocurrió el pasado viernes 19 de enero, cuando el hombre de 79 años, que vive en la Ruta 1, kilometro 9.7 hacia las 21 de ese día, llevó a su mujer hasta la plaza de Carpintería. Allí, la dejó para que acompañe a su hija en su trabajo de feriante. Al volver a la casa, y una vez adentro, lo sorprendieron dos hombres encapuchados con pasamontañas, vestidos de negro en su totalidad y con guantes. Entraron por la puerta de la cocina previo ahuyentar a los perros. Una vez en el interior, redujeron a la víctima con amenazas a los gritos, trompadas en la cabeza y cachetadas en la cara, a pesar de que en ningún momento se resistió.
Según se pudo saber, ambos ladrones estaban armados y con esas pistolas apuntaron a la cabeza del médico jubilado al que exigían plata, además de vociferar que conocían los movimientos de su mujer e hija. Dos horas estuvieron en el interior del predio donde está ubicada la casa. Dos horas de terror en la que la víctima fue maltratada con mucha violencia y brutalidad. Durante ese tiempo, los delincuentes se dedicaron a reventar el mobiliario de la casa. Tajear y romper cualquier artefacto en busca de dinero escondido, en la presunción que la familia tenía grandes ahorros, cuestión que resultó ilusoria: El botín que se llevaron fue magro.
Sin embargo, en su accionar persistieron en intimidar a la víctima a la que llevaron hasta un quincho, lo hicieron sentar en el medio de ese lugar y allí le volvieron a apuntar con una de las armas en la cabeza. El médico jubilado, que hace 35 años que vive en Carpintería, pensó que lo iban a matar. Los delincuentes huyeron como a las 23. Supuestamente, un cómplice los esperaba en las inmediaciones con un vehículo. Se llevaron también los delincuentes dos antiguas armas de colección. Poco después de la huida de los ladrones, la víctima logró ir en busca de ayuda.
La familia reclama celeridad a las autoridades policiales y la justicia para dar con los culpables, cuyo modus operandi es similar a otros asaltos cometidos en la Costa de los Comechingones.
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